Un abordaje terapeútico al síndrome de la boca ardiente
La glosodinia o síndrome de la boca ardiente es un padecimiento que consiste en una sensación permanente de ardor o quemazón en la lengua, aunque a veces también en las mejillas, las encías, los labios y el paladar, y que experimentan personas con una mucosa oral clínicamente normal.
Es algo meramente sensitivo que puede ser muy doloroso, alterar bastante la vida e incluso en algunos pacientes hacerlos pensar en el suicidio.
Es más frecuente en mujeres que en hombres, y principalmente en mujeres posmenopáusicas, por lo que unos autores dicen que en éstas aparece a consecuencia del déficit de progesterona o estrógenos; sin embargo, prescribirles tales hormonas no les proporciona ningún alivio.
Se desconoce la etiología del síndrome de la boca ardiente. Se ha asociado al consumo excesivo de medicamentos, tabaco y alcohol. Puede ser también un efecto autoinmune, aunque no se ha confirmado.
En algunos pacientes aparece en momentos de una crisis emocional por problemas económicos, laborales, sentimentales, familiares. Pudiendo estar relacionados con estados de ansiedad o depresión.
El término “síndrome” obedece a que muchas veces el ardor bucal se asocia a otros síntomas, como xerostomía (sequedad de la boca), parestesia oral (adormecimiento de la boca), alteración del gusto, dolor de cabeza, insomnio y dolor en la articulación temporomandibular.
El Dr. Javier Portilla Robertson, coordinador del Departamento de Patología y Medicina Bucal, y responsable de la Clínica de Medicina Bucal de la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM). Se ha especializado en este síndrome y dispone de varios tratamientos para el síndrome de la boca ardiente, pero ninguno es cien por ciento efectivo.
El clonazepam, una benzodiazepina, se utiliza mucho porque actúa sobre el sistema nervioso central; la vitamina B también puede ayudar, y el rayo láser, en sesiones de dos o tres veces por semana, es eficaz a largo plazo.
Y aunque suene paradójico, la capsaicina, un componente activo de los chiles picantes, tiene la capacidad de aliviarlo en ciertos casos.
El Dr. Portilla Robertson comenta que el problema es que no se cuenta con un protocolo establecido que dé un mismo resultado siempre. Se le debe ir dando diferentes alternativas al paciente, sin perder de vista que los estados de ansiedad y/o depresión juegan un papel importante en la aparición del síndrome de la boca ardiente.
Con todo, el pronóstico de este padecimiento es muy variable: hay quienes presentan periodos de remisión y quienes lo sufren de manera crónica.