La Odontología Forense en Situaciones de Desastres
La odontología forense adquiere un papel relevante en la identificación masiva de cadáveres en situaciones de desastres. El frecuentemente elevado nú- mero de fallecidos y el estado en que suelen encontrarse sus cuerpos (mutilados, carbonizados, esqueletizados, putrefactos, etcétera), provocan un gran impacto en la comunidad así como dificultades para la identificación de las víctimas.
La aplicación de los conocimientos de odontología ha demostrado ser de gran utilidad en la identificación de cadáveres, pues se basan principalmente en aspectos fisiológicos y en las variaciones adquiridas como reflejo de la actividad humana. Este proceso de identificación demanda la presencia de profesionales especializados y también la existencia de un sistema operativo integral.
Los dientes ofrecen mucha información para la comparación de los datos antemortem con los postmortem. Porque al estar formados por el tejido más duro del cuerpo humano, por la relación forma y tamaño de su anatomía y por la protección física que encuentran sus raíces al estar enclavadas en los huesos maxilar superior y mandíbula, con gran frecuencia aparece como única fuente de información prácticamente intacta.
La gran estabilidad evolutiva que poseen sus coronas, sigue un modelo poligénico que se manifiesta en algunos caracteres morfológicos de importancia poblacional. Y porque de todas las estructuras duras de origen mesodérmico, los dientes son los únicos que en el sujeto en vida se encuentran en contacto directo con el medio ambiente, por lo que algunas actividades económicas y culturales del hombre, pueden dejar “huellas” que unidas a los tratamientos odontológicos son de gran utilidad para establecer la identidad de una persona.
Las condiciones físicas de los cuerpos de las víctimas en los desastres masivos pueden ser variables, sin embargo,la aplicación de técnicas propias de la Estomatología Forense son en esencia las mismas usadas en las identificaciones de “rutina” de un cadáver en situaciones normales. Lo que distingue el trabajo de los forenses en tales circunstancias son los aspectos organizativos concernientes a la integración en un grupo multidisciplinario. Las estimaciones de la estatura, del sexo, la edad y el grupo racial constituyen los elementos básicos en la identificación humana, al extremo de que estas variables son conocidas como las “cuatro grandes”.
Existe una gran correlación entre la edad cronológica y la edad biológica. La segunda es utilizada para estimar a la primera que es en definitiva la que se requiere como elemento de trabajo en la identificación médico legal.
La maduración dentaria principalmente y el brote de los dientes son los recursos más eficientes para estimar la edad en niños pequeños y puede ser de gran ayuda el estado de calificación de los terceros molares en individuos con menos de 25 años de edad.
La determinación de las variables sexo y raza presentan una gran dependencia metodológica, pues generalmente en los métodos y modelos estadístico matemáticos empleados se consideran las variaciones de una con respecto a la otra. Aunque existen regiones anatómicas capaces de brindar mayor información los dientes y maxilares pueden usarse con estos fines, sobre todo, en cadáveres muy fragmentados o carbonizados. Los materiales usados en las reconstrucciones dentales, aparatos prótesis y ortodóncicos y en otros tratamientos, no siempre son los mismos en distintos países. Además, pueden encontrarse técnicas o “estilos” diferentes en los diseños y procedimientos. Lo que ayuda a identificar la nacionalidad de las víctimas.
También, y como elemento de ornamentación más que terapéutico, en algunos humanos se practican variantes ornamentales que alteran estéticamente a los dientes. Estas diferencias pueden aprovecharse en el intento de clasificar a los cadáveres de acuerdo con el país de origen. Tal posibilidad proporciona un magnífico recurso en la identificación masiva de víctimas por desastres aéreos y adquieren mayor importancia en aquellas situaciones cuando no es posible la identificación absoluta de todos los fallecidos.
El método general en identificación forense consiste en la comparación de los datos premortem con los posmortem; por lo tanto es una premisa imprescindible que sea factible la recogida de información necesaria del sujeto en vida. Así, la historia clínica dental, ofrece un excelente registro de los “trabajos dentales” presentes en un paciente, muy útiles como datos particulares de la identidad. Debe investigarse si existen historias clínicas de especialidades.
El valor de estos datos es inestimable y en muchos casos suficientes para la identificación positiva o absoluta de un individuo. El dentigrama u odontograma constituye un documento de trabajo que se incluye en la historia clínica de operatoria dental, por medio del cual el dentista registra mediante símbolos los tratamientos y afecciones presentes en la dentadura de un paciente. Este diagrama es la forma más universalmente difundida de registro usado por los dentistas. Desafortunadamente, no se ha adoptado un sistema único de representación y ello puede en ocasiones conducir a errores.
Los tejidos blandos de la cavidad bucal también pueden ofrecer información acerca de la identidad de una persona.. En ocasiones la presencia de tatuajes en la mucosa oral u otras anomalías son suficientes para establecer una identificación positiva o absoluta de la presunta víctima. El elevado número de cadáveres y las circunstancias de muerte en los desastres masivos, conlleva a que el rigor mortis no permita el acceso adecuado a la cavidad bucal, por lo que estará indicada la remoción de los maxilares, mediante la necropsia bucal.
El estudio radiográfico forense constituye un medio inestimable en la detección de enfermedades dentomaxilares, caries proximales, tratamientos pulporradiculares, dientes retenidos, etc. El examen clínico odontológico de los pacientes incluye con mucha frecuencia al radiográfico, que se anexa a la historia clínica dental. Los datos pre y postmortem, permiten la comparación de las formas y contornos de las restauraciones y de los senos maxilares y frontales, y por supuesto, la técnica radiológica con fines de identificación forense es muy útil en la estimación de la edad atendiendo a los estadios de maduración dentaria durante las dos primeras décadas de vida.
El uso de fotografías como medio de conservación gráfica de las evidencias particulares de un cadáver requiere una atención especial por la importancia documental y testimonial que adquieren. Siempre que se practique la necropsia el trabajo fotográfico esmerado deberá tenerse como una máxima. El uso de los métodos especiales de identificación de la estomatología forense, es imprescindible dentro de las actuaciones medicolegales relacionadas con la identificación masiva de cadáveres en situaciones de desastres.
Estas técnicas adquieren mayor valor de aplicación en aquellos casos en que la integridad física de los cuerpos de los fallecidos se encuentre muy afectada y básicamente no difieren de cuando son utilizadas en otras circunstancias. Lo que distingue al trabajo del dentista forense en situaciones de desastres, es su integración a un grupo multidisciplinario bajo un sistema organizativo particular.