Antibióticos: Cuidados en la Prescripción
La resistencia antibiótica se ha convertido en los últimos años en un gran problema para la salud pública mundial. Los odontólogos son responsables de alrededor del 10 % de las prescripciones de antibióticas, sobretodo en cirugía oral. En 1929 Alexander Fleming descubre la penicilina, uno de los mayores avances en el campo de la medicina, posibilitando la cura de numerosas enfermedades infecciosas.
Este hecho, uno de los mayores logros sanitarios de la humanidad, se ha convertido en las últimas décadas en un problema mundial que constituye una amenaza para la salud pública, debido principalmente a su empleo indebido y abusivo, lo que ha conducido a una progresiva pérdida de efectividad debido a la aparición de resistencias antimicrobianas.
Desde el inicio de la utilización de antimicrobianos en salud humana, las bacterias han ido desarrollando meca- nismos de resistencia a los antibióticos, constatándose en los últimos años un aumento exponencial de las infecciones por estas bacterias multirresistentes. Esta amenaza global además de un problema en la práctica clínica es una cuestión que afecta a la seguridad alimen- taria y al desarrollo y economía de los países.
En los últimos años, las muertes por bacterias multirresistentes se están posicionando entre los motivos más frecuentes de mortalidad en Occidente. Se calcula que cada año mueren en Europa unas 33.000 personas como consecuencia de infecciones hospitalarias causadas por bacterias resistentes. Se está trabajando en la creación de nuevos agentes antimicrobianos pero estos procesos son muy complejos, de desarrollo más lento del que las bacterias necesitan para desarrollar nuevos meca- nismos de resistencia. Por lo tanto existe una necesidad apremiante de modificar la forma de prescribir y emplear los antibióticos, ya que de no ser así, infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales.
Se supone que el impacto de la pandemia por COVID-19 haya agravado aún más el problema por el elevado empleo de antibióticos de amplio espectro de forma sistemática en personas asintomáticas o con formas leves o moderadas de la infección y, sobre todo, en enfermos más graves con ingresos prolongados El problema de las resistencias es una amenaza para la medicina actual al depender el tratamiento de muchas patologías del buen funcionamiento de los antimicrobianos. Este problema de salud pública ya no se encuentra solo restringido al ámbito estrictamente sanitario, sino que forma parte del orden del día en reuniones de política internacional, como los grupos G-7, G-20, la OTAN o la Asamblea General de las Naciones Unidas.La resistencia antimicrobiana afecta a todos los países, y su prevalencia se correlaciona con el uso extrahospitalario de antibióticos, ámbito donde se produce el 90 % de su consumo. Los odontólogos no deben permanecer ajenos frente a este grave problema, siendo una de las principales especialidades responsables del elevado consumo de antibióticos. Se estima que en Europa las clínicas dentales prescriben entre el 10 y el 12 % del total de estos medicamentos, superando incluso el empleo de otros fármacos comunes como analgésicos, antinflamatorios y ansiolíticos.
Los antibióticos son una herramienta muy utilizada por los odontólogos, suponiendo un 59 % de todas las prescripciones que realizan, lo que en numerosos casos implica una sobreprescripción, administrando antibióticos en situaciones clínicas en las cuales no está justificado, con dosis demasiado altas o prolongando el tratamiento más allá de la resolución de los síntomas. Las necesidades quirúrgicas orales de la población han aumentado en los últimos años, incrementándose también el número de profesionales en este campo. Destaca, por su gran frecuencia, la exodoncia del tercer molar incluido, a lo que se le ha unido el actual auge de la implantología
dental. La bibliografía científica no avala el uso sistemático de antibióticos tras exodoncias dentales no complicadas, incluso se cuestiona su administración profiláctica o postoperatoria en exodoncias o técnicas quirúrgicas más complejas. Sin embargo, la mayoría de los profesionales tienden a prescribir antibióticos ante una cirugía o situación clínica que no lo requiere a fin de evitar posibles complicaciones infecciosas. La gran complejidad intrínseca de las decisiones de antibioticoterapia, la escasa información microbiológica y una falta de formación y conocimiento sobre las principales infecciones odontogénicas y su tratamiento, así como una deficiente concienciación sobre los efectos secundarios de estos fármacos, pueden conducir a una mala selección y sobre prescripción en los tratamientos antibióticos.
La demanda y exigencia antibiótica por parte de los pacientes agravan el problema. No se conoce con exactitud en qué medida los odontólogos y cirujanos orales y maxilofaciales pueden contribuir al elevado consumo de antibióticos ya no existe ningún instrumento validado que permita analizar el patrón de prescripción de antibióticos entre estos profesionales. El problema de salud pública mundial que conlleva el uso inadecuado de estos fármacos justifica la búsqueda y creación de instrumentos que permitan elaborar protocolos de actuación más ajustados a las necesidades que contribuyan a un uso más racional de los antibióticos.