El análisis sobre el sarro dental permitiría conocer el uso de drogas y otras sustancias.
El análisis del sarro permitirá conocer el uso de drogas y otras sustancias, esto es lo que sostiene un nuevo método de análisis que han desarrollado investigadores de la Universidad de Aarhus, de Dinamarca.
Según un estudio publicado en la revista Forensic Science International y realizado por científicos de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, han desarrollado una novedosa técnica para hallar rastros de drogas en diez individuos recientemente fallecidos, y han descubierto más sustancias que los análisis de sangre estándar. Por lo que, los investigadores opinan que mediante está técnica se podría rastrear los hábitos de consumo de drogas de la humanidad hace cientos o miles de años.
En general el estudio de la historia del uso de medicamentos y drogas, se realiza a través del análisis de utensilios usados, como pueden ser vasos, copas, pipas, etc. El proceso consiste en buscar moléculas psicoactivas persistentes en los mismos. Este método de estudio de recipientes que pudieron contener algún tipo de droga no contabiliza otro tipo de sustancias que podrían haber consumido, las cuales no tenían ninguna necesidad de algún utensilio extra.
El arqueólogo Bjorn Peare Bartholdy, estudiante de doctorado en la Universidad de Leiden, y la directora de su tesis, Amanda Henry, al estudiar una aldea de agricultores holandesa del siglo XIX, consideraron examinar el cálculo dental o sarro para su estudio.
Ellos sospechaban que los aledaños, que no tenían ningún médico, se deberían haber auto medicado en presencia de enfermedades para poder controlarlas. Por lo que se les ocurrió que sería útil el análisis del sarro dental.
En el sarro quedan atrapados restos de comida, bebida y otras sustancias mientras una persona vive, y pueden sobrevivir más de un millón de años en restos fósiles. La Dra. Henry y otros han estado investigando sobre el cálculo dental durante años, con el fin de conocer las dietas de los pueblos en el pasado.
El problema radicaba que no existía una técnica estándar para descubrir los restos atrapados de opiáceos, cannabis y otras drogas, sustancias que los investigadores pensaban que podrían haber consumido los agricultores. Ante este los arqueólogos tomaron contacto con investigadores de la Universidad de Aarhus, incluida la dentista forense Dorthe Bindslev, para comprobar si podían modificar los métodos estándar utilizados para detectar drogas en la sangre o el cabello de personas vivas o recientemente fallecidas.
Para llevar a cabo su investigación, Bindslev y sus colegas habían usado hidroxiapatita, el principal mineral que contiene el sarro, y la mezclaron en cantidades conocidas de drogas legales como cafeína, nicotina y cannabidiol, así como sustancias controladas como oxicodona, cocaína y heroína.
Midieron 67 fármacos y metabolitos de fármacos, pasando las mezclas a través de un espectrómetro de masas de alto rendimiento, que detectó diferentes moléculas en función de su carga y peso. Luego probaron su nuevo método en diez cadáveres recientes de presuntos consumidores de drogas que fueron sometidos a una autopsia en el Departamento de Medicina Forense de la Universidad de Aarhus y compararon los resultados con los de los análisis de drogas en sangre. El nuevo protocolo identificó en el cálculo dental 131 drogas y metabolitos, un poco más que los análisis de sangre estándar, incluida la heroína, un metabolito de la heroína y la cocaína.
“Es un estudio de validación realmente increíble que hubiera sido imposible realizar en esqueletos (puesto que éstos no tienen sangre)”, dice el arqueólogo Jelmer Eerkens de la Universidad de California en Davis.
Debido a que el sarro parece mantener un registro a largo plazo de la ingesta de drogas que una persona ha realizado a lo largo de su vida, su estudio podría usarse en lugar de muestras de cabello cuando los criminólogos necesiten realizar pruebas de consumo de sustancias después de que las evidencias de drogas desaparezcan del torrente sanguíneo.
Para la arqueóloga Shannon Tushingham, de la Universidad Estatal de Washington, en Pullman, que investiga el uso de tabaco en la antigua América del Norte, el estudio es una “nueva frontera”. Ya que “podría ayudar a reescribir la historia del consumo de drogas”. Pero esta nueva metodología, que utiliza algunas muestras tan pequeñas como granos de arena, requiere un espectrómetro de masas altamente sensible que no se encuentra en laboratorios estándar de química o arqueología. Y “sólo tiene una oportunidad” ya que la medición destruye la muestra, afirma el coautor del estudio Jorgen Hasselstrom, un toxicó- logo forense.
Tampoco está claro cuánto tiempo se mantienen en el sarro estas moléculas reveladoras. Algunos compuestos pueden degradarse con el tiempo, incluso en el interior del cálculo dental. El procedimiento también pasaría por alto las plantas que alguna vez se usaron como intoxicantes, estimulantes y con fines medicinales. Aún así, Tushingham está entusiasmada con esta investigación: “Este tipo de información de referencia realmente puede impulsarnos hacia direcciones nuevas e interesantes”.
El equipo de la Universidad de Aarhus ya ha localizado nicotina y restos de otras drogas en el sarro de los dientes de los campesinos holandeses del siglo XIX estudiados por Peare y Henry, y esperan publicar pronto los resultados de esta investigación. Por su parte, la dentista forense Dorthe Bindslev está ansiosa por probar el método en dientes mucho más antiguos, incluidos los procedentes de yacimientos vikingos y de monasterios donde los monjes administraron los primeros tratamientos con productos farmacéuticos. Cuando se trata de estudios sobre el uso de drogas antiguas, el sarro, efectivamente, “va a tener mucho futuro”, concluye.
Fuente Sciencemag / NatGeo