Laserterapia en Odontología
Son varios los campos en los que trabaja la laserterapia y en los que consigue los mejores resultados para los pacientes. Estas innovaciones dentales se aplican para la comodidad de los pacientes. El láser no sustituye a las demás herramientas o instrumental utilizado en odontología, sino que es un complemento para conseguir el mejor resultado. El láser en odontología se empezó a usar en 1995 para tratamientos en tejidos blandos y dos años después para tejidos duros.
La laserterapia en odontología basa su trabajo y su eficacia en la aplicación de láser en diferentes zonas de la cavidad bucal. Es una especie de cañón de luz que actúa sobre un área determinada y en una concentración que permite tratar diferentes problemas bucales. La intención de este láser es mejorar el estado de la musculatura, la estructura ósea y, por supuesto, promover una rápida recuperación. La aplicación de esta técnica en la odontología supone un gran avance en los tratamientos dentales.
Gracias a la laserterapia en odontología se pueden tratar varias afecciones de manera rápida y limpia. La innovación en este campo ha permitido que los tratamientos dentales no sean tan agresivos e incómodos. Se puede utilizar para tratamientos de:
• Blanqueamiento: en este caso, se usa el láser para conseguir que los efectos de este tratamiento sean más rápidos.
• En cuanto a la caries, el láser la elimina y prepara el esmalte para el relleno.
• Endodoncia: el láser se utiliza para secar y esterilizar el conducto antes de la obturación, aumentando así el porcentaje de éxito.
• En las enfermedades periodontales se utiliza para reformar las encías y remover las bacterias durante los procedimientos de limpieza del canal radicular.
• Extirpación de lesiones, hipersensibilidad dental, dolor orofacial o evitar el sangrado gracias a su efecto cauterizante son otros usos del láser en odontología.
• Tratamiento de dolores que aparecen después de los tratamientos. Actúa sobre la zona nerviosa para aplacarla, evitando que se inflame y produzca ese dolor.
No todos los láseres producen los mismos efectos ni el mismo láser va a provocar el mismo efecto en los distintos tejidos de la cavidad bucal. Existen dos grandes grupos de láseres en función de su potencia:
• Láser de baja potencia: tienen acción bioestimulante, analgésica y antiinflamatoria.
• Láser de alta potencia: generan efectos físicos visibles y se emplean como sustitutos del bisturí frío o del instrumental rotatorio convencional. Los efectos que un láser provoca en los tejidos será distinto según la temperatura alcanzada, y pueden ser los siguientes: hipertermia transitoria, desecación, coagula- ción, vaporización y carbonización.
Los principales usos del láser en cirugía bucal son los siguientes:
• Frenillo labial superior, inferior o frenillo lingual.
• Exéresis de papilomas, fibromas, diapneusias, mucoceles, angiofibromas, hiperplasias fibrosas, épulis, granulomas y angiomas.
• Gingivectomía y alargamiento coronario.
• Vestibuloplastias con injerto o de cicatrización por segunda intención.
• Exóstosis de torus mandibulares o palatinos.
• En cirugía periapical para legrado, ostectomía, apicectomía o realización de cavidades retrógradas.
• En implantología para segundas fases o tratamiento de mucositis periimplantarias.
• Odontosección y ostectomía en extracción de dientes incluidos.
• Para exéresis de lesiones premalignas siempre que se haya realizado un informe anatomopatológico previo.
En función del tratamiento se usa un tipo de láser u otro, ya que cada uno tiene unas indicaciones concretas y no se debe estandarizar el empleo de un único láser para los distintos resultados que se quieran conseguir.